Colaboración: «El Louvre, inconmensurable»

La verdad es que éramos optimistas. Mi amigo Joaquín y yo queríamos liquidar (ésa sería la mejor palabra) el gran museo parisino en una jornada. Nos fue imposible, el Louvre nos derrotó una y otra vez, y al final de la jornada yacíamos abatidos. Es tal la magnitud de las exposiciones y sus míticos “18 kms. de galerías” que nuestros pies no llegaron ni siquiera a completar una breve maratón de 10k.

“Inconmensurable” no es una palabra que usa solamente Víctor Hugo Morales. Quizás sea el mejor adjetivo para definir la realidad del Louvre. No se puede medir, no se puede abarcar por completo. Ningún turista jamás lo intente. Tampoco espero desanimarlos por completo a recorrer el más famoso museo del mundo, donde está alojada la distinguida Mona Lisa, ni más ni menos. (Al respecto, quien hubiera imaginado una obra de grandes dimensiones se encontrará totalmente desilusionado, lo que no quita el valor de observar su tímida sonrisa).

«… viajero, usted pídale a sus pies un poco más de esfuerzo y recorra más allá de lo señalado»

Eugène_Delacroix_-_La_liberté_guidant_le_peuplePero este no sería un post de viaje si no recomendáramos alguna parada obligada en la visita al museo que, por razones ya enunciadas, el turista deberá seleccionar cautelosamente. Los folletos del museo son una muy buena ayuda. El código de Hammurabi, primer ejemplo de aplicación de la ley del Talión (la que postula el “ojo por ojo, diente por diente”), es una parada obligada del recorrido. Otras como la “Victoria alada de Samotracia” o la “Venus de Milo” evidencian las joyas que guarda este antiguo palacio real de Francia. Párrafo aparte merecen las colecciones de pintura, vastísimas y muy completas (aquí es cuando el museo nos gana definitivamente la batalla). Debemos, obligadamente, hacer una advertencia. Hace unos años el folleto del Louvre destacaba sólo algunas obras en su descripción de las colecciones, a través de imágenes que nos indicaban en qué pabellón hallarlas. Por eso, viajero, usted pídale a sus pies un poco más de esfuerzo y recorra más allá de lo señalado. Así fue como encontramos «La libertad guiando al pueblo» de Eugène Delacroix, célebre cuadro que evoca la gesta revolucionaria de 1830 en Francia. (Desde 2012 trasladado a una subsede el Louvre en la ciudad de Lens).

Elija un cuadro, el que más le guste y obsérvelo 5 minutos, como hice en aquella oportunidad con el cuadro de Delacroix. Así viajé hasta 1830 y respiré el fervor revolucionario de la época. Haga lo mismo con un Van Dyck, con un Rembrandt o con El Bosco. Porque en definitiva cada pintura es un viaje al pasado. Aproveche entonces los tickets gratis que el Louvre le brinda a distintos lugares y momentos.

Profesor Benjamín Rodríguez
https://www.facebook.com/rodriguez.benja

6 Respuestas

  1. Marcela dice:

    Excelente!

  2. Pablo Quilis dice:

    Gracias Benjamín por el relato.

  3. jlcota dice:

    Compartimos el plano interactivo del museo con info de buses que te dejan, estaciones de metro, accesos, pisos y salas, etc.: http://www.louvre.fr/plan

  4. Daniel Yeruá dice:

    Buenas y Santas!
    Estoy recién llegadito de mi pequeña aventura Europea… fueron menos de 20 días donde recorrimos con mi novia Barcelona, París, Venecia, Pisa, Florencia, Roma (y los pueblitos donde teníamos parientes), Mallorca y Estambul.
    París parís paris… que lo parió! que ciudad… no voy a decir cuantos días estuvimos ahí, porque seguro me tildarán de profano! pero mamita que le sacamos jugo a esos días…

    Paramos en el pintoresco MONTMARTRE, o como mi madrina le dice «el San Telmo parisino»… fue amor a primera vista! el primer día, mate amargo en mano, los 2 locos nos fuimos casi sin querer, a ver un atardecer en las escalinatas del Sacre Cour… PARIS EN OTOÑO, INCONMENSURABLE…
    Inconmensurable, la palabra que usó el profe para describir al LOUVRE…
    Bueno, no se queda corto profe… Todo en el louvre es INCREIBLE, tanto de todo, todo junto…
    Fueron varias las obras que me impactaron, como me impactó el código de Hamurabbi, algo que en el secundario había visto por fotos, hoy lo tenía cerca de la mano… tanta historia ahí al alcance de uno…
    No voy a hacer pausa en que obras hay que detenserse, creo que es un viaje que uno puede hacer solo… en unas alas del museo, todo el mundo se empecinaba y se amontonaba para ver una escultura x, dejando de lado una obra que me cautivo por largos minutos, «El Beso» con el que Cúpido reanima a Psique… después me entero de la historia de esa escultura, y quien la hizo, pero fue una atracción directa… y creo que esas sensaciones se viven mucho en este lugar inconmensurable!

    Ojalá puedan hacer su experiencia, son cosas que no pueden faltar en París, y si me apurás, no subas a la Torre, pero andá al Louvre 🙂

    pd:por si les interesa saber a que obra me refiero https://es.wikipedia.org/wiki/Psique_reanimada_por_el_beso_del_amor

    • jlcota dice:

      Muy linda la descripción de las sensaciones que te provocó París 🙂

      Hace 5 años que no visito el Louvre, pero tengo muy presente, grabada diría, la serena e impactante belleza de la obra que mencionás.

      Saludos

    • Cintia C. dice:

      ¡Aguante París! Fui dos veces al Louvre y quiero volver 🙂 Saludos, Daniel.

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