Las des/ilusiones viajeras: expectativas y realidad

Siempre decimos que para nosotros el viaje empieza con la planificación, ese momento de investigación y búsqueda. Gran parte de esa previa es decidir el destino y, si bien no hay manera de generalizar porqué se elige uno u otro, después de determinadas circunstancias tenemos, más o menos clara, una hoja de ruta o lista aproximada indicando hacia donde vamos a ir.

Para este momento, ya nos fuimos haciendo una idea (a veces vaga, otras más clara) de esa ciudad, pueblo o zona a visitar: quizás anotamos los atractivos centrales, los horarios en que abre un museo o parque, los trenes que nos llevan de un punto a otro, los lugares recomendados para comer; también es posible que hayamos visto fotos y hasta imaginado las propias. Es decir que cargamos al lugar con una serie de expectativas, deseos o ilusiones, llámele cada uno como quiera.

¿Qué pasa cuando esas expectativas no coinciden con la realidad que encontramos al llegar? En términos generales, hay dos caminos: la desilusión o la sorpresa.

Una de las ciudades que me desilusionó un poco en mi última visita a Europa fue Munich, la capital de la región alemana de Baviera. Sí, a mí, una bebedora apasionada de cerveza, no me maravilló la sede del Oktoberfest.

¿Por qué? Podría decir que no «pegamos onda» o no conectamos. La magia de la cerveza se transformó, por momentos, en borrachos haciendo comentarios racistas en la calle; la zona de nuestro hostel, cerca de la estación de tren, no estaba rodeada del más agradable ambiente. Esto convivía con un centro cívico de bellísima arquitectura, puntos estratégicos para hacer busking y beer gardens que ofrecían gastronomía típica.

Munich_Centro

Pero, a pesar de lo positivo, no hubo onda con Munich, le faltaba (o le sobraba) algo y no nos dolió abandonarla por Praga (República Checa).

La sorpresa del 2015 fue Gent, en Bélgica. Escribir «una ciudad de cuentos» parece la mejor manera de explicarlo. La noche reservada para estar ahí fue totalmente insuficiente, a cada paso nos sorprendía un nuevo lugar, feria o atractivo y no parábamos de decir «¿nos tenemos que ir ya?» Reino de las papas fritas, ciudad de canales y edificios medievales, poseedora del castillo Gravensteen, amiga de la música, Gent fue mucho más de lo que hubiéramos pensado al mirar sus atractivos en internet.

Gent_Canales_Medieval

Este último es el caso en el que la realidad supera las expectativas de manera positiva, genera deseos de no partir y arrepentimiento por no haberle puesto las fichas necesarias en un principio. Este fenómeno me pasó con todo lo que vi en Bélgica, así que este año vuelvo 🙂

Gent_Iglesia_San_Nicolas

Así fue nuestra experiencia en la última aventura europea, cruces entre expectativa y realidad, sorpresa y desilusión.

¿A vos te pasó esto con alguna ciudad? ¡Contanos!

Muchas gracias a Diego B. y Melisa T. por colaborar con sus fotos 🙂

 

128 Respuestas

  1. gaby dice:

    Primer desilucion hace mas de 20 años Miami, la odie, En la pandemia volvi a ir a vacunarme y la ame. Vuelvo en Noviembre, segunda fue Washington, no se si fue el calor aplastante que esas grandes avenidas fueron eternas. Y la tercera Madrid, no conecte pero gracias a la magia de smiles voy a NY pero paso antes unos dias en Madrid, le doy una segunda y les cuento. Lo que tuvieron en comun esas tres desiluciones fue que fueron el ultimo punto de un viaje largo, quiza el cansancio jugo tambien. Pero Barcelona la ame y fue el final de mi viaje mas largo.

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