Gozando el festival de artes más grande del mundo en Edimburgo (Escocia, Reino Unido)

Una de mis motivaciones para llegar a Edimburgo (Escocia) a principios de agosto era formar parte, aunque sea un poquito, del enorme festival abierto denominado Fringe. Y cuando escribo «enorme» lo digo en serio: dura oficialmente unos 25 días y su programa es tan extenso que tiene 450 páginas en papel, imposible de abarcar completamente. No en vano se ganó el título al festival de artes más grande del mundo.

Mi visita duró tres días completos y me dejó tener un buen panorama de la atmósfera Fringe en la hermosa ciudad de Edimburgo. La verdad es que se vive a pleno y de fiesta, nada puede ser malo en un ambiente de arte, expresión y celebración.

Yo me había bajado la aplicación, tenía el programa impreso y todo, pero muchas veces terminaba entrando en shows porque me invitaban en la calle y me resultaba atractivo. Así fue como caímos a ver stand up feminista en una habitación minúscula llena de locales.

También participé de actividades que sí había marcado con tiempo, como el tour guiado de Harry Potter y las propuestas del día nacional del gin en Escocia.

Pero lo que más más disfruté fue andar por las calles y ver las propuestas callejeras, los street events sobre la Royal Mile y otros puntos de la ciudad. Había de todo, por ejemplo, este chico haciendo jueguitos y trucos con la pelota:

O este músico que aprovechaba cada posibilidad sonora de la guitarra y andaba de gira por Europa:

Tantas veces he tocado en las calles siendo busker y vengo ahora a descubrir el origen español de la palabra. Gracias, Fringe 🙂

Además, en algunos parques y closes del centro histórico, armaban ferias con puestos de comida, bebida, reposeras para disfrutar el sol y más escenarios. El Assembly Festival en George Square Gardens estaba muy interesante:

A la noche se sumaban DJs, música en vivo y estaba muy bueno para ir a mover un poco el cuerpo con una cerveza, sidra o gin and tonic en la mano. La atmósfera era excelente.

Mi primera visita a Edimburgo en el contexto del festival de artes más grande del mundo fue impecable, sí, muy movida y llena de gente, pero igualmente genial. Si piensan ir a tener un contacto con la ciudad más tranquilo, quizás el mes de agosto no es la mejor sugerencia.

Pienso volver al Fringe el año que viene, si todo se da bien, a hacer un poco de música en vivo 🙂

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