Culpo a los viajes por esto:

El otro día fui a comer a un restaurante familiar de mi ciudad al que suelo ir de vez en cuando y que me gusta mucho, tiene una muy linda atención, los mozos son los de siempre, el dueño pasa visitando las mesas saludando y viendo si está todo bien; en fin, un lugar de esos en los que uno se siente muy a gusto.

Además de sentirme a gusto con la atención, disfruto de sus comidas, me han hecho feliz con su famoso matambre a la parrilla, una chernia con papas, un buen merluzón, además de ricos postres y el siempre bienvenido limoncello digestivo.

El otro día volvíamos ya medio tarde a casa y en el auto empezamos a charlar sobre la cena, justo pasamos por la puerta de este restaurante familiar y decidimos cenar allí, hacía un tiempo que no lo visitábamos. Los mozos nos saludaron con la alegre actitud de siempre, el dueño también, elegimos una mesa con suficiente distancia respecto de otros comensales, nos trajeron la entradita de cortesía con el pan y nos pusimos a mirar la carta a ver qué elegíamos.

En lugar de ir por uno de los platos ya conocidos, decidí probar otra opción, unos fideos con frutos de mar, en la carta figuraban casi en italiano, casi decía spaghetti ai frutti di mare. Confieso que por un momento dudé, pensé «¿estos muchachos juegan bien en todos los puestos, este plato también les saldrá riquísimo?», pero decidí correr el riesgo.

Mientras esperaba y charlábamos mi mente traicionera me transportaba a un plato de spaghetti ai frutti di mare que disfruté un mediodía de verano en Monopoli, en el sur de Italia.

Que fueron tan buenos, pero tan buenos, que tuve que hacer la scarpetta (mojar el pancito en la salsa) sin siquiera un ápice de pudor.

También se me venían a la mente las aclaraciones en los menús de los restaurantes y trattorias de Italia, en donde te ponen un asterisco al lado de cada plato que podría llegar a tener ingredientes congelados y no frescos; como este en Taormina, en la magnífica Sicilia, donde al pie de la carta se veía el significado del asterisco, algo como «Te aviso que, si no hay producto fresco, tendremos que usar productos congelados».

Finalmente llegó mi plato de fideos con frutos de mar; lindo a la vista (aunque quizás con algunas cosas de más), abundante, pero flojo. Tenía buena cantidad de frutos de mar, pero me daba toda la sensación de que se trataba de productos congelados, los sabores estaban como diluidos, atenuados, no estaba claro el límite gustativo entre un aro de calamar, un langostino y un mejillón.

Ojo, no estaba feo, se podía comer sin problemas, pero le faltaba la chispa, la sorpresa, eso que provoca gestos y exclamaciones desde que probás el primer bocado.

Mientras iba comiendo, desilusionado, pensaba en mi situación y me reía de mí mismo, «no podés ponerte de mal humor porque un plato de fideos no era lo que vos esperabas«, me auto reprendía. Pero después hice lo que correspondía: echarle la culpa a otro ?

La culpa no era del cocinero, ni del que le provee los mariscos al restaurante, ni del dueño del lugar, la culpa es de los viajes.

Sí, los viajes, que han hecho de mí alguien que busca en todo sorprenderse, que cada experiencia sea vívida, única. Si voy a ver ópera, quiero que sea en un antiguo teatro griego al borde del mar egeo y con un enorme volcán activo completando el paisaje; si voy a charlar con alguien en la calle, quiero que esa charla me sorprenda y quizás hasta me conecte con historia de la humanidad; si voy a ver una puesta de sol, quiero que sea mínimo como las de Santorini; si voy a hacer trekking, quiero que sea en lugares maravillosos como en la Cuesta del Obispo, y todo así.

Confieso que ya era caprichoso de chiquito, pero igual, insisto, la culpa de lo que me pasa la tienen los viajes; son ellos los responsables de que siempre esté expectante de encontrar la belleza, lo maravilloso, lo excepcional, ya sea en el lujo asiático o en un pueblito perdido en la llanura pampeana.

 

Y ustedes, ¿tienen algún problemita sobre el que puedan echarle la culpa a los viajes o son gente normal?

 

P.S.: ¡Qué lindo preocuparse por este tipo de «problemas»!, ¿no? Algo de eso charlábamos en este otro post de hace un tiempo: La frivolidad de los blogs de viajes (como este).

 



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66 Respuestas

  1. cydrial dice:

    Es medio una pavada en este contexto, pero el refill de las gaseosas en USA siempre me hacen sentir que al pedir gaseosa acá lo que tomo es poquitín y caro. Sobre todo esas maquinas en las que podes optar por cientos de combinaciones de gaseosas.

    • jlcota dice:

      Recuerdo hace muuchos años, cuando recién arrancaba McDonald’s en Argentina hacían refill de café en los desayunos, pero hacer mucho que no voy a uno, no sé si lo seguirán haciendo.

      Saludos

    • Fede dice:

      Fui a usa en febrero y por la pandemia estaban clausuradas las maquinitas de refill en todas las cadenas.
      Todo en botella cerrada.
      Que tristeza ! 🙂

  2. daniel Di martino dice:

    Cuànta razòn! El quesito de Rìo de Janeiro es único. Las arepas colombianas no son como las argentinas. La puesta de sol desde la ciudad amurallada mientras conversaba con un colombiano ahí arriba fuê distinta a otras. Los cenotes mexicanos, que maravilla! Sì. La culpa es de los viajes…

  3. Santiago dice:

    Si!!!! los hoteles, me parece que lo que cobran en Argentina es muy caro para lo que son (quizas no queda otra con la carga impositiva y demas yerbas…) quiero ir a esteros del ibera hace mil que es ll unico que me falta por conocer, saco cuentas y …. esa posada el doble que el windsor de rio??? Esa otra lo que pagamos en …., redondeamos el pensamiento familiar con, y entre eso mas la nafta mas la comida y llegar vamos una semana a descansar a imbassai que estamos en 4 horitas. Una lastima pero a mi me frena viajes el costo de hotel local comparado con su calidad, quizas gasto mas en otro lado pero al no conocer me impulsa mas. Veremos que pasa en julio me estoy obligando a viajar al norte del pais nuevamente.

    • jlcota dice:

      Muchos viajeros se están reencontrando (obligatoriamente) con los viajes por el país. Sin duda que encontrar precios más acordes a la realidad argentina ayudaría bastante.

  4. Teresita Iglesias Cortina dice:

    Cómo se llama el restaurante?

  5. María Veronica dice:

    Me pasa con la calidad de la ropa (qué prosaica soy, no?). Es que no encuentro la misma calidad al mismo precio ( y eso que, en otros países, hay que pagar en dólares, euros, etc.)…☹

  6. Javier dice:

    Todo el tiempo me pasa lo mismo. Siempre pienso cuánto les costaría traerte agua potable fría para una comida sin cargo y que no te miren mal si la pedís para cenar un plato elaborado, con en Estados Unidos. Sin ir más lejos, cuando volví a Kansas y descubrí que ahora te cobran la ensalada de cortesía que antes te ofrecían cuando pedías una carne sentí una bofeteada de argentinidad. Pero bueno, eso pasa por los viajes, sin duda… Muy buen post. Me llegó.

  7. Fran dice:

    Los desayunos de Estambul, los croissant de Paris, la comida de Mexico (creo que toda), la tranquilidad de cualquier noche en Praga, los vinos franceses e italianos (aca es menos porque tenemos lo nuestro), la magia de Tallin, las tardes-noches eternas en Barcelona….Todo eso siempre!! Estando encerrados sin poder viajar, tambien extraño la frialdad de Moscu, lo mal que manejan en Turqua, hasta los millones de vendedores ambulantes de Rio…..todo a la enesima potencia!!!!!!
    Cualquier cosa es mejor que estar aca sin saber cuando volvemos….

  8. Norberto dice:

    Hace unos años vinieron unos primos de España y los llevé a visitar unos campos del interior. Al mediodía fuimos a almorzar al restaurante del pueblo donde hacen unos bife de chorizo espectaculares, pero a mi primo se le ocurre pedir paella. Le dije, Miguel esto es un pueblo de campo, pedite un bife, un asado, pero no, él se empecinó en pedir paella. Cuando terminamos me dijo, muy mala la paella, no es como la que comernos en Logroño. Por respeto no le dije lo que pensaba. Lo que quiero decir es que no hay que pedirle peras al olmo, si vas a una parrilla pedí carne, si querés comer pastas andá a otro lado.

  9. Zelene dice:

    Yo le hecho la culpa a los viajes de relacionar todo con algún lugar en las conversaciones. Siempre hay algo a lo que puedo hacer referencia como por ejemplo, si alguien dice “los pibes deberían ir a la escuela hasta los fines de seana”, yo comento “si! como en Ubud, Bali que los niños van los sábados a limpiar su escuela” o cosas así, siempre tengo algo para contar y Viendo la cara de quiene tengo delante de ? trato de no hacerlo, debo ser un plomo! Jaja así que ahora solo lo hacemos con mi marido pero a veces se me escapa! ?y eso es culpa obviamente de los viajes!

    • jlcota dice:

      Te entiendo, Zelene, a veces sale naturalmente pero el interlocutor te puede llegar a considerar medio plomo.

      • Ana M dice:

        Jaja,he viajado bastante ,claro,no tanto como ustedes,pero es cierto ,de vez en cuando meto un comentario relativo a esas experiencias,pero noto que “ni fu ni fa”en el interlocutor ,no le interesa,Sin embargo ,yo soy toda oídos cuando alguien me cuenta algo de ése tema.Eso sí,como en general ,somos mayores…..ah!!!!la de dolencias que tengo que oír,y con todos los detalles.Por éso adoro los blogs de viajes,aprendo,me entretengo ,suelen serme de utilidad,mientras espero el momento en que pueda retomar “vuelos” ,ó “carreteras”,etc.

  10. Alvaro dice:

    Cada ves que manejo en argentina extraño que el transito no sea un ámbito civilizado en ves del caos con reglas tipo far west al que estamos acostumbrados acá, aunque mejor que llamarlo far west seria mejor llamarlo fart south. ?

  11. Gustavo dice:

    Hola te puedo dejar mí experiencia, cocina francesa me sorprendió, por si fineza, española por su súper abundancia, alemana más grande y más barata que la francesa, pero algo diferente de nuestro paladar. Postres de calidad menores que la francesa, . Bien en Argentina pensar en compararla aún comiendo en lugares de tradición alemana, española o francesa difícil sus productos están lejos de calidad con aquellos. Pensar en comer una langosta en brujas recién sacada de la pileta del restaurante y comerla en Francia o en caribe dónde abundan ni ahí la primera es elixir. Comer la centolla en Ushuaia listo no tiene comparación. Creo que como lo mejor de cada lugar por caso Argentina y no la comparo, imposible, así que para mí dólar en descubrir lo mejor en tierra ajena del plato original no va para mí . Comer la auténtica paella valenciana hecha con conejo y presentada en la sartén no la vi ni espero ver en Argentina y acá creen que la que se vende aquí es aquella. Te saludo y buen provecho.

  12. Verónica dice:

    Hola, vengo a traernos ánimo! Cuando leía el post empaticé mucho respecto a la calidad de la comida en ciertos restaurantes del mundo, pero al mismo tiempo, recordé el precio que se abona por ella que es mucho más del triple que acá. Sin ir más lejos, una simple gaseosa cuesta a valor moneda argentina entre 300 y 450 pedos. Si bien los valores en este país también pueden sorprendernos para mal, rescatemos que al menos nos cuidan un poco el bolsillo respecto al exterior. No obstante, que pronto puedan volver los viajes, que repunte nuestra economía para que viajar nos genere más un goce que una deuda. Arriba!

  13. Lau dice:

    Buenas! Me encantó el post ?. Podría mencionar varios ejemplos en los cuales tienen la culpa los viajes, pero hoy me quedo simplemente con la buena sensación que me causó esta lectura. Saludos!!!

  14. Francisco dice:

    Hola, me hiciste recordar el restaurant Sobrino de Botin, cerca de la plaza Mayor, en Madrid, dónde festejamos un cumpleaños con un cochinillo cortado con el canto del plato…. bien regado…. hace exactamente 4 años y 355 días…. Diossssss!!!!!

  15. Juanjo dice:

    Gracias a los viajes, uno puede saber el verdadero gusto del «pain au chocolat», la sutileza de unas «crêpes au citron», lo que es un «montadito con una caña», el aroma del risotto, el sabor de los dátiles o las varias formas de preparar caipirinha.

  16. Leo dice:

    Hace un tiempo tuvimos en casa la misma sensación. Y llegamos a la conclusión de que nos habíamos vuelto «Sofisticados».

    Nos pareció vergonzante y snob. Pero inevitable al mismo tiempo.

    En tren de extrañar lo que más anhelo es la expectativa y el desconocimiento de los lugares nuevos. En nuestro pais me queda poco y nada por conocer y todo es repetir. Pero tiene algo bueno eso, uno se reencuentra con lugares hermosos, con cambios para bien y, a veces, con cambios para mal. Crecimientos y estancamientos, etc.
    Por ejemplo, volvi a las termas entrerrianas después de dos décadas y las disfrute como antes no me había pasado. Y quiero planificar un Patagonia Sur, porque hace casi diez años que no voy a El Chalten o a Los Antiguos.

  17. Ireny dice:

    Un poco de frivolidad en medio de tanto drama nacional y mundial es saludable!
    Elegiste uno de mis platos preferidos y me hiciste evocar el momento en que lo probé por primera vez en Roma con el nombre de «spaghetti allo scoglio» , creo que es lo mismo porque eran fideos con mariscos.
    En realidad lo comi en un restaurant hindú, muy económico, cerca de Termini, no se si estaba bien hecho (ya que los cocineros eran hindúes) pero a mi me pareció lo mas exquisito que probé en años y de hecho una vez al dia de los cuatro que estuve en Roma, comia ese plato.
    Ademas costaba algo de 8 euros y en ese momento creo que cotizaba en ARS 17, un regalo, acá ni loco se conseguia semejante plato de mariscos por ese precio, lo cual lo hacia mas rico todavia!
    Bueno, otra cosa menos feliz de la que podria echarle la culpa a los viajes es despues de haber probado el transporte público en Londres y ahora tener que tomarme el ferrocarril Roca ramal Korn, me dan ganas de tirarme abajo de las vias! ??

  18. Maria dice:

    Ufff, todo lo paso a euros ó dólares, parecíéndome barato lo que para acá es caro. Los mariscos y pescados, ni hablar… siempre me desilusiono con algún plato en la pampa húmeda, donde vivo. Sueño con los los mariscos de Madryn. La ropa… otro tema. Ando con todo roto hasta que viaje??

  19. Alemdp dice:

    Hola!
    Me encantó este post…son innumerables las diferencias y sí…la culpa la tienen los viajes.
    Más pandemia y más se me salta la chaveta jaja…quiero viajar ya!!!
    Creen que en un par de mesecitos podremos satisfacer nuestros deseos descarriados de VIAJARRRRRRRRRRRRR?
    Por favor Jorge…uds que siempre van un pasito adelantado…saben algo?…tiren una esperancita.
    Que tengan un buén día. Seguiré soñando.

    • jlcota dice:

      Es todo muy variable y la incertidumbre reina, Ale. Hay destinos a los que es más sencillo viajar en estos momentos, como USA.

  20. Cristian dice:

    Me pasa con los precios excesivos que tienen algunos servicios en Argentina comparando con países limítrofes. Alquiler de autos y hoteles 5 estrellas son bastante prohibitivos (por el precio) en Argentina, pero, por ejemplo, en Brasil son mucho mas accesibles. Supongo que la culpa es de la excesiva carga impositiva por parte del estado. Es imposible no deprimirse cuando pagas una fortuna un hotel 2/3 estrellas en Bariloche y pensas «por esta guita me iba a un 5 estrellas a todo culo en Rio de Janeiro»

    • jlcota dice:

      Siempre fue un tema, habría que comparar cuando abran los demás destinos, a ver cómo quedó acomodado todo luego de la pandemia.

  21. Luz Roblan dice:

    Es así, y a veces encuentras sabores, cosas o situaciones muy parecidas pero nunca serán igual.
    Y a proposito del plato de fideos con mariscos, el mejor que he probado ha sido en un restaurantito al lado de donde estaba el museo de los Yamanas en Ushuaia. Fue un «viaje al placer» ese plato de fideos ?????

  22. adrián dice:

    Hermoso post Jorge. Los viajes tienen la culpa de que todo acá nos parece poco. E introduzco un tema filosófico ¿Hasta donde no te parece más rico, mejor, abundante, placentero o satisfactorio algo que vivas de vacaciones en relación a el mismo algo que experimentás en país?

    Por ejemplo, transportate a Monopoli, y decime si esa tranquilidad de vacaciones, sin el stress de la vida diaria de acá, el sol en la cara, las casitas bien conservadas de hace cientos de años, la vista de esas bellísimas costaneras y el proyectar como se iba a desarrollar la tarde recorriendo lugares ansiados desde hace años, no hizo que un simple plato de pasta supiera más rico (igual debían estar deliciosos, eh).

    Ah, y yo recorrí esa zona gracias a tus consejos. De los mejores viajes que hemos hecho.

    • jlcota dice:

      Es así, Adrián, cuando uno está en «modo viajero» pareciera que se potencian los sentidos, aunque ojo, con un poco de ejercicio uno puede lograr ponerse en «modo viajero» aún estando en su propia ciudad, aunque reconozco que normalmente tiene más gracia activarlo en nuevos territorios.

      ¡Qué cortito me pareció el tiempo que le dediqué a la Puglia! Espero poder volver pronto y remediarlo.

      Saludos

  23. Marina dice:

    También es cierto que cuando viajamos estamos muy dispuestos a disfrutar de todo!!! Nuestro ser Interior lo ve todo positivo y eso está muy bien!!!

  24. Ariel Pedro Morinigo dice:

    Algo que ya se habló en otro post… EL CAFÉ ☕… En otros países, hasta en el barsucho más pedorro podes probar café de calidad… acá cuesta encontrar, no se si será por las máquinas, la mala preparación o que, en varios lados ya directamente ofrecen las cápsulas… no soy fundamentalista del café, en casa me preparo Arlistan, pero si pago, quiero y exijo calidad.

  25. OMAR FERNANDEZ dice:

    En la vida lo que no conoces no sentis que te falta. Cuando uno crece ,sale del cascaron y empieza a conocer cosas del mundo te pones mas exigente,y comparas. Recuerdo las pastas en PIPPO que para mi era lo mas grande que existia .Claro despues vino todo lo demas. Saludos

    • Pablo dice:

      Fui a Pippo en su momento y no me gustó

      • adrián dice:

        Es que Pippo era fabuloso, al menos en mi caso, por representar una época en nuestras vidas, no tanto por la pasta.

        Iba muy seguido a los 18 (hace ya 35 años), y representaba una salida, comer algo con amigos de infancia e ir al cine. El mantel de papel, el pesto que parecía perejil. El pedir tuco, pesto y quesos dobles para que venga rebalsado, repetir el plato de fideos.

        Era la comida de algunas de nuestras salidas felices, Sino, pizza en Serafín (muchos años después Güerrín se transformó en religión). El Palacio de la Papa Frita y Edelweiss era para los grandes.

        Yo también recuerdo haber vuelto a pasar ya de grande por Pippo y la verdad tampoco era gran cosa por la comida y el tumulto. Pero de adolescentes marcó una etapa feliz en la vida de muchos en donde primaba más el momento que lo que comías.

        • Pablo dice:

          Seguramente tiene que ver con eso. Tal vez la decepción, viene acompañado de grandes expectativas.

          • omar fernandez dice:

            La ultima epoca de pippo era para cortarle los dedos al cocinero. Como dice Adrian era la epoca que ibamos al cine y despues a PIPPO.No teniamos un mango en el bolsillo, pero no teniamos esta grieta de m….. que no nos permite ser un poco mas felices. Saludos

            • Pablo dice:

              ¿Te parece que no había? ¿o simplemente no era tan notoria por los medios?

  26. Leo dice:

    Yo tengo esa sensacion cuando voy al supermercado. Si bien aca tenemos productos de muchisima calidad, siempre extraño la variedad, productos de diveros origenes, la organizacion de las gondolas, etc. Pero nobleza obliga, varios amigos extranjeros me dicen seguido que envidian un supermercado de aca donde tenemos alfajores, Malbec, dulce de leche, o la calidad y variedad de carnes.
    Para mi ir al supermercado en algunos paises es mas divertido que ir al shopping. La mitad de mi valija suele volver cargada con cosas del supermercado. (salsas, cafe, productos disecados, aderezos, condimentos, etc).
    Ah, y culpo a Madrid por haberme arruinado el jamon crudo para siempre.

  27. Juan dice:

    Hace ya casi 5 meses que nos escapamos de Argentina. Hemos vivido en Sudamérica, UAE, Asia, nuestra amada Turquía y ahora Europa. El problema de los viajes es que te hace dar cuenta de que vivías en Argensimia. Y no querés volver. Y si podés no volvés. Extrañamos el asado, el vino y la gente. Pero no la inseguridad, la viveza, falta de reglas y el constante menoscabo de todo lo que es normal en otros lugares.
    Sino fuese por el idioma me quedaría a vivir en Turquía. No conozco España, pero le voy a dar una chance.
    Los viajes te cambian para siempre. Te desconectan de quién alguna vez fuiste y te arman de nuevo. Te hacen apreciar lo que tenés mucho más y trabajar para lo que conociste y te gustó.

    • Graciela dice:

      Excelente Juan Admiro tu iniciativa Te deseo mucha suerte en todo lo que emprendas Buena Vida

    • Pablo dice:

      Argensimia? De verdad? Puedo coincidir en muchos de los puntos negativos que marcás, pero denigrar al país donde naciste de esa manera habla más de tus valores como persona que del país en sí.

  28. omar fernandez dice:

    Exelente comentario Juan

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