Un fin de semana medieval en Mont-Saint-Michel (Francia)

El año pasado me hice una escapada desde Londres a la región francesa de Normandía aprovechando una oportunidad de Ryanair: Estamos en Londres, chusmeamos Ryanair y nos vamos a Normandía por £ 4.99

No sabía mucho sobre la zona, pero en la primera investigación decidí que, fuera como fuera, iba a ir al Mont-Saint-Michel. Esa fortaleza medieval, isla solitaria, me llamaba terriblemente la atención.

Aterricé en Deauville, caminé por la ruta para llegar al pueblo, paseé en autos varios y, dos días después, estaba llegando al Mont-Saint-Michel. Mi pase de tren Eurail ya estaba vencido, así que hice uso de BlaBlaCar: compartiendo un auto en Normandía (Francia).

Mis compañeros de auto me dejaron en el estacionamiento y desde ahí caminé hasta el Centro de Información Turística para recopilar folletos y saber los horarios. Lamentablemente, por una cuestión de presupuesto, no iba a dormir en la isla sino en Pontorson y tenía que estar atenta a la frecuencia del bus que me llevaba hasta ese pueblo.

El puente-pasarela que conecta la isla con el Centro de Información se puede recorrer caminando o en «Le Passeur», un bus ecológico vidriado que te permite ir viendo el paisaje. Hay también una opción en coche de caballos que es paga y menos frecuente. Yo caminé y tomé Le Passeur. Esto es lo que ves al llegar:

Una vez que logré apaciguar mi fascinación frente a la isla, algo alborotada corrí hacia la gran puerta de ingreso y me sumergí entre los muros de una fortaleza como nunca antes en mi vida. Metros y metros de piedra de más de mil años me rodeaban, escaleritas para subir y bajar me hacían pensar en pasadizos. Veía los puentes de madera cerca de la entrada e imaginaba cómo podrían haberlos destruido ante una posible invasión.

Empecé a caminar, hacia arriba y abajo, mirando en cada agujero/ventana de piedra y desde todas las perspectivas que me permitían mis ojos. Me fui encontrando con esto:

Una de las atracciones centrales de la isla es la Abadía del Mont-Saint-Michel que empezó a construirse por los monjes benedictinos cerca del año 708, después del triple sueño con Saint Michel que tuvo Saint Aubert. El edificio reúne 1.300 años de historia y las más diversas construcciones (criptas, claustros de los monjes, habitaciones de estilo gótico, entre otras). Peregrinaje, cárcel, obispos y reyes francos son algunas de las palabras que describen la vida del lugar.

Es muy recomendable recorrer la Abadía con una visita guiada para sacarle el máximo provecho, los horarios se anuncian en la recepción según el idioma (francés e inglés siempre, español sólo disponible en temporada alta).

Por no alojarme dentro de la isla y depender de los buses a Pontorson, no pude ver la isla con la marea alta. Dicen que las olas, cuando sube el agua, son todo un espectáculo. También me faltó hacer uno de los tours para conocer la naturaleza de la bahía, así que ya tengo varias razones para volver con más dinero y tiempo.

Lo bueno es que sí llegué a probar las riquísimas galletitas típicas (sablés) de La Mere Poulard, muy muy recomendadas.

Información práctica:

• La forma más fácil de llegar es en auto. Si viajás solo o no querés manejar, podés chequear nuestra experiencia con BlaBlaCar: compartiendo un auto en Normandía (Francia)
• También se puede ir en tren desde Caen a Pontorson y, desde allí, en bus hacia Mont-Saint-Michel. Esta opción lleva bastante más tiempo y es más costosa, como les contaba en el post sobre BlaBlaCar. Podés ver precios en la web de Rail Europe y en la web de SCNF.
• Recomiendo alojarse dentro de la isla. Podés buscar hoteles en Mont-Saint-Michel