Volver a casa después de tres meses de viaje

Hoy arranca noviembre y con él los últimos días de mi viaje por tres continentes. Muchos amigos y familiares me han preguntado cómo llevo la experiencia de estar tantos meses afuera de casa, girando por diferentes países con varios kilos de equipaje y pasando el 50% del tiempo sola. Yo también me lo pregunté y me lo respondí varias veces a lo largo de todos estos días.

Tengo que ser sincera: viajar durante un período tan largo combinándolo con trabajo es una experiencia increíble. Después de que pasa el primer mes (aproximadamente), tomarse trenes y aviones, dormir en distintas camas cada algunos días, ser un explorador a diario y andar cargando valijas empieza a transformarse en «la realidad», lo que uno hace cotidianamente.

Es verdad que hay algunos detallecitos, como el de cargar las valijas o andar armando y desarmando, que a veces pueden pesar o cansar un poco, pero creo que la técnica está en encontrar el equilibrio entre la enorme lista de factores que influyen en la manera en que vivimos el viaje. En lo personal, tomé decisiones que me quitan mucho estrés, como pagar un poco más pero ir en transfer a los aeropuertos cuando ando muy pesada, evitar pasar noches sin dormir en una cama (aunque sea por unas horas) o ubicar cada cierta cantidad de días una estadía larga en algún lugar que pueda temporalmente llamar «mío».

Pasado tanto tiempo girando por el mundo, volver a Mar del Plata va a significar parar un poco el carro para reconectar con esas cosas que solamente están en casa: papás, hermanos, abuelos, tíos, primos, amigos, perros y ciertos objetos, habitaciones, comidas, lugares. Y sinceramente tengo ganas de eso, no porque quiera dejar de viajar o porque no esté disfrutando este momento magnífico, sino porque después de un tiempo de ausencia siempre es lindo volver, reencontrarse, acomodar los recuerdos, dormir hasta tarde sin culpa de estar perdiéndome un destino y empezar a planear nuevos viajes. Otra vez, el equilibrio es la clave.

Creo que cuando esté haciendo el check in de mi vuelo hacia Argentina va a ser raro no estar buscando hoteles en Mar del Plata (ya a esta altura estoy para descanso en el hotel Costa Galana, jaja). Va a llevar varios días acostumbrarme al cambio de rutina y después poquitos más para que el «me quiero ir» me agarre de nuevo, dos sensaciones que, a mi gusto, son geniales.

Así que está bueno volver a casa después de un tiempo largo de estar afuera. Eso sí, no se sorprendan si un par de semanas después me ven subiendo a un avión…