Un fin de semana en Vigo, Galicia

Gracias a un canje súper económico desde Madrid (España) en Smiles Argentina, decidimos ir a pasar un fin de semana en Vigo, Galicia. Nos encontramos con una ciudad realmente hermosa y muchas ganas de que el finde durara una semana en vez de dos días.

Transporte desde y hacia el aeropuerto de Vigo

Arribamos al Aeropuerto Internacional de Vigo-Peinador por la noche. Desde allí, hay dos maneras para llegar en transporte público hacia el centro de la ciudad: taxi o autobús.

Por su parte, el taxi tiene tarifa cerrada de 22,75€ hacia/desde el centro de la ciudad y se puede pagar con tarjeta sin problema.

La opción más económica es el autobús A, tiene un valor de 1,40€ y una frecuencia de aproximadamente cada media hora. En el hall de arribos del aeropuerto se puede consultar una pantalla con los próximos servicios programados.

En nuestro caso, hicimos la ida en taxi y la vuelta en autobús desde Urzaiz preguntando los horarios exactos al personal del hotel.

El hotel

Nos quedamos dos noches en el hotel Exe Vigo, un tres estrellas que abrió hace poco frente al Centro Comercial Vialia y la estación de tren Urzaiz. Pagamos 75 euros la noche en habitación doble con desayuno incluido.

El hotel me gustó mucho, es nuevito y tiene algo que me encanta: un tamaño reducido, que permite una muy linda atención personalizada. La habitación era muy cómoda, amplia, con una cama ideal para el descanso y hermosos ventanales que disfrutábamos en la mañana.

Algo a destacar: el WiFi andaba muy bien, llegó a 180 Mbps en las pruebas de velocidad.

El desayuno era buffet y muy completo, con productos de buena calidad. Se servía en la terraza del hotel que tenía nada más y nada menos que estas vistas:

Estuve tan relajada y focalizada en la acción en sí que no tengo fotos del desayuno, les dejo esta propia del hotel que es muy fiel a lo que encontrábamos cada mañana.

Pasear en Vigo

Nos dedicamos a caminar mucho durante dos intensos días que oscilaron entre lluvias y momentos sol.

La primera expedición nos acercó al centro de la ciudad y su casco antiguo (Casco Vello), guiando la caminata por sus activas calles comerciales. Primero, la rúa de Urzaiz y luego la peatonal rúa do Príncipe, que desemboca en la plaza Porta do Sol y su singular escultura del sireno.

Ni bien salimos de las calles más movidas, nos encontramos con la irregularidad de las calles y un estilo arquitectónico muy interesante.

Seguimos caminando hasta ver el mar, resultó ser el área de la estación marítima de Vigo, en la llamada ría. Después de contemplar el color del agua y sus especies, nos quedamos un buen rato leyendo sobre las comunicaciones telegráficas en época de guerra y encontramos este reloj de sol.

A un lado del centro comercial A Laxe (nada de especial interés a mi gusto), nos encontramos con otra particular escultura y se nos empezamos a formar la idea de que Vigo es una ciudad que se lleva muy bien con esta expresión artística. A esta la llaman El Nadador:

El paseo costero del centro nos fue guiando entre barcos, muelles y amarres hasta una escollera que tenía una especie de faro. Era mediatarde y salió el sol, por lo que nos quedamos un rato mirando la ría y confirmamos que la próxima vez queremos cruzar hacia Cangas.

Hacia la noche, pasamos por la rua das Ostras, calle famosa por ser un lugar donde se pueden comer ostras frescas. Lamentablemente ya era tarde para degustar y los domingos no estaba abierta.

Terminamos el primer día con una exploración nocturna del centro histórico y una cerveza artesana de la que les contaré en el siguiente apartado.

Para el segundo día nos pusimos las zapas deportivas y nos fuimos caminando a Bouzas, actualmente un barrio de Vigo que fue independiente hasta principios del siglo pasado. Le llaman la villa marinera y tiene una innegable relación con la pesca y el mar.

Ese día casi no llovió, por lo que pudimos aprovechar su paseo marítimo que, aunque estaba en gran parte en obras, se disfrutaba muchísimo.

Una vez más, no faltaron las esculturas y el hermoso color del mar.

Comer y beber en Vigo

Esta fue mi segunda breve visita a Galicia y recontra confirmé que su gastronomía es hermosa.

En una noche de caminata, dimos con la Cervexaría Leria, un lugar que ofrece sus propias cervezas artesanales y otras de la región. Vimos precios desde 2,80€ la media pinta (con tapa incluida) y las dos variedades de cerveza que probamos estaban en verdad excelentes.

Les dejo la dirección: Rúa Teófilo Llorente, 12, 36202 Vigo, Pontevedra

Comer en Bouzas

La primera parada fue en un bar llamado La Tula, que ofrecía comida fusión. Arrancamos con unas muy ricas croquetas de pescado y dos copas de Estrella Galicia.

Más tarde, después de recorrer las callecitas boucenses, nos sentamos en la bodega Tragad’eira a seguir comiendo.

Allí probamos la empanada gallega, comimos mejillones y tomamos albariño, un poco de todo lo que HAY que hacer en Galicia 😉

Los precios nos resultaron coherentes, aquí la factura con el detalle:

Les dejo el mapita con la ubicación de la bodega y, a pocos metros, van a encontrar el bar La Tula:

Aunque un fin de semana no resultó suficiente para ver todo lo que ofrece, fue una muy linda introducción. Nos queda super pendiente cruzar a Cangas, ir a visitar o acampar en las islas Cíes y seguir degustando sus maravillas gastronómicas.

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