Sigo complicado con las ganas de viajar, todo me parece un problema

Terminó septiembre y arrancó un nuevo mes de este 2020 tan especial. Muchos sueños y proyectos que teníamos para este año parece que quedaron en el tiempo y seguimos pendientes todavía de la incertidumbre día a día.

Tengo muchas ganas de comenzar a viajar, de volar, disfrutar y recorrer. Por otro lado, la doble conciencia me las quita todo el tiempo. Pienso qué lindo sería ir a Paris, a New York, a Miami, a Lima, pero a veces me consuelo con un «qué bueno sería ir a la oficina a trabajar normalmente».

Tengo pasajes emitidos para pasar el fin de año en Florida (USA) aprovechando una promoción de Smiles. Son los mismos pasajes que todos los días quiero cancelar. Y los mismos que cada día me hacen sentir con ganas de que llegue la fecha y poder viajar lo más normal posible. Por otro lado, pienso en ese viaje que tanto quiero hacer y no tengo ganas de ponerme a buscar alojamiento o alquilar un auto que posiblemente tenga que cancelar en ambos casos.

Pasó septiembre y llegó un octubre que todavía no nos permite movernos por turismo dentro de Argentina. Parece que hay una luz en los próximos días, pero sin certezas para mí, sólo deseos. No tenemos posibilidad de usar micros, trenes y aviones; ni puedo ir en mi propio auto a Mar de las Pampas, por ejemplo. Durante el Hot Sale pasado, Aerolíneas Argentinas vendió el 27% de los pasajes para fechas entre septiembre y noviembre de 2020. Imaginá la cantidad de sueños frustrados, encuentros que no fueron y problemas que trae todo esto. Esperemos que lo anunciado, que te contamos en el post Los vuelos vuelven el 12 de octubre (o el 15), dijo el ministro de Transporte, sea realidad.

Claramente podrán ver en mi relato lo complicado que estoy con las ganas de viajar. Todo está genial hasta que lo ves en detalle y encontrás mil peros que intentás justificar de una u otra forma sin llegar a una conclusión clara. El COVID cambió muchas cosas, hábitos y costumbres, pero también nos deja internamente muchas inseguridades. Ya no me siento el invencible, el que todo lo puede, al que nada lo detiene. Hoy me siento atrapado dentro de un momento, de un tiempo que parece que no pasa nunca.

Al menos tengo una familia con la que nos acompañamos en todo: una esposa y una hija que están siempre al pie del cañón para acompañar, para soñar en viajar o simplemente para pensar en las cancelaciones o reprogramaciones. Tengo amigos con los que se puede compartir mucho de esto, aunque sea a través de pantallas (¿no están podridos de las pantallas?). Y, por supuesto, están ustedes, los lectores que me acompañan todos los días compartiendo sus problemas, dudas, ganas, inquietudes, sugerencias, enojos y miles de sentimientos que me sirven para seguir escribiendo y, de alguna manera, seguir proyectando esos viajes que hoy son imaginarios, pero mañana tengo la esperanza de que sean realidad.

¿Cuántas ganas tengo de viajar? Muchas sin dudas. ¿Cuántas ganas tengo de viajar hoy? Pocas con seguridad. Anteayer nomás pensábamos y escribíamos sobre la situación de quienes sacaron pasaje para New York y poco después supieron que tenían que hacer cuarentena (un garrón). Ese día también nos comentaron (no lo confirmamos) que para entrar a Europa, aunque sea de paso, habría que sacar un permiso yendo como no comunitario. Todo cambia a cada rato, generando por supuesto más inseguridades.

Como puse en el título, tengo tantas ganas como problemas para viajar. Vos, con sinceridad, pensando todo lo que trae viajar: ¿te sentís cómodo? Te esperamos en los comentarios abajo seguramente.

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