El día que vi pingüinos por primera vez (Isla Martillo, Ushuaia)
Ushuaia es, para mí, sinónimo de acercarse a la naturaleza. Hay ecosistemas únicos, árboles que solo crecen en esas latitudes, la puerta de entrada a la Antártida, islas donde avistar pájaros, lobos marinos y hasta pingüinos.
Y esto último es justamente lo que hice este otoño en Ushuaia: ver pingüinos por primera vez en la isla Martillo. El viaje toma un par de horas desde el centro de la ciudad e implica recorrer unos 80 kilómetros, conocer dos rutas fueguinas y navegar unos 15 minutos. En base a nuestra experiencia, recomendamos hacer esta visita con una agencia especializada, como es el caso de Piratour.
La excursión completa lleva alrededor de siete horas e incluye un recorrido por la estancia Harberton y el museo Acatushún, además del transporte, acompañamiento de guías especializados y navegación hasta la isla.
Partimos desde el muelle turístico de Ushuaia pasadas las dos de la tarde, para empezar a descubrir el bosque fueguino desde la Ruta Nacional Nº 3 e ir aprendiendo sus particularidades.
Aunque el número de kilómetros es relativamente pequeño, gran parte del camino se hace por una ruta complementaria en la que no se puede ir a grandes velocidades. Es así que llegamos a la estancia Harberton casi dos horas después.
En la estancia se separó el grupo en dos, ya que el número de visitantes en la isla está limitado. Como nos tocó en el primer grupo, fuimos directamente al muelle para subir al bote semirrígido que nos acercaría al hábitat de los pingüinos.
En este reel de nuestro Instagram pueden ver un poco de la experiencia en movimiento.
¿Cuándo se puede ver a los pingüinos en Ushuaia?
Aunque se suele conocer a la isla Martillo como la pingüinera, lo cierto es que estos lindos animales son migrantes y no pasan allí todo el año. De modo que para verlos armar sus nidos, cuidar a su descendencia y realizar el cambio de plumas es necesario visitar la isla entre octubre y abril.
Nuestra caminata fue a finales de marzo y todavía se podía ver varios pingüinos magallánicos y algún papúa, aunque no era la época más poblada.
Llegamos cuando ya no había ejemplares juveniles, sino adultos realizando el cambio de plumas y descansando para volver al agua.
Me pareció muy hermoso poder ver los nidos que arman, sus movimientos e interacciones.
Además de la observación de especies, la isla Martillo presenta unos paisajes que invitan a la contemplación. Es una isla pequeñísima en el medio del canal Beagle, poco intervenida por el ser humano, con preciosas vistas del cordón montañoso y el color del agua.
Regreso a Harberton, museo y casa de té
Después de disfrutar una hora en la isla, no sin querer quedarnos más, emprendimos el regreso a Harberton.
Una vez en tierra firme, escuchamos la historia de cómo la familia llegó a este remoto y hermoso lugar para construir la casa original (la de la foto de más arriba). Ya estaba bajando el sol, por lo que fuimos a refugiarnos del frío un rato en la casa de té.
Encontramos lindas propuestas gastronómicas y precios coherentes, para destacar.
La última parada antes de emprender el regreso a Ushuaia fue el museo de marinos australes Acatushún. En una breve visita guiada, aprendimos sobre las especies marinas de la zona gracias a la colección de Natalie Prosser de Goodall.
Y finalmente volvimos a la ruta, sin poder dejar de apreciar los colores del atardecer fueguino después de una jornada más que especial.
Si tienen varios días en Ushuaia, la visita a la isla Martillo es una excelente actividad, recomendada para descubrir las bellezas de Tierra del Fuego.
Links de interés:
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hay el triple de pinguinos y les pasas a 1 metro maximo de cercania en Monte Leon, dentro de la localidad de Piedra Buena. Muy superior como experiencia, mas alla de los paisajes espectaculares.
Anoto 😉
Seguramente el que viaja a Ushuaia en avión nunca va a conocer Monte León, y la excursión acá comentada
vale la pena.
Estuve en Harberton y en la Isla Martillo, los pinguinos son tan mansos que hay que esquivarlos en los senderos.
El entorno, el camino para llegar, sea por mar o por tierra por la Ruta 3 y luego por la J, tienen paisajes únicos.
Se lo recomiendo a todos aquellos que les gusta la naturaleza y especialmente los animales.
Coincido en que vale mucho la pena, es todo muy lindo.
En enero, estuve por primera vez en Ushuaia . Pensé en un viaje mas, en otro lugar para agregar a la cronologia de viajes . Pero fue mucho mas, me fascinó y pienso volver para sumar nuevas metas. Por ejemplo esta que compartiste.
No sé si alguna vez pudiste ir a Cabo San Pablo..no hay pingüinos pero es un sitio increíble
Es un lugar para volver varias veces o quedarse mucho tiempo. No he ido aún, ya tendré oportunidad 🙂
Lo ideal es ir en verano y en invierno/primavera, son dos paisajes y actividades diferentes, conviene combinarlo con 2 o 3 noches en El Calafate, a la ida o vuelta y aprovechar el vuelo.