Así arrancaban mis mañanas en Niza, yendo a la boulangerie
En el último verano europeo fui a la Costa Azul francesa e hice base en la ciudad de Niza, su capital. Estuve allí cinco días y me alojé en un departamento muy lindo, ubicado en una zona central, el distrito costero Le Carré d’Or, a un par de cuadras del mar.
En este otro post, les cuento sobre la llegada y los dos alojamientos en Niza: Así comencé mi viaje a Niza, la capital de la Côte d’Azur (Francia)
Al estar alojado en un departamento y no contar con servicios hoteleros como el del desayuno, uno se ve inclinado a procurase el mismo más o menos como lo haría un local. De modo de todas las mañanas bajaba las escaleras, salía a la calle y, mientras disfrutaba del bello clima mediterráneo de verano, caminaba alegremente hasta la boulangerie (panadería) que tenía en la esquina.
A propósito salía sólo con algunas monedas o a lo sumo con un billete de €5 para no tentarme y comprar cosas de más. Casi todos los días mi compra consistía un baguette y una pieza de pastelería, un pain au chocolat, un pain aun raisins y cosas por el estilo.
Luego llegaba a «casa», me preparaba un café y, mientras y trabajaba un poco y organizaba los paseos del día, los disfrutaba.
Aquí vemos el pain au chocolat:
Y aquí el pain aux raisins:
La verdad es que me resultaba súper agradable ir a la bolugangerie. Las señoras que atendían eran muy amables, tan amables que se esforzaban por entender mi rudimentario francés 🙂
Cosas como estas han motivado este artículo de hace algún tiempo:
Luego de alojarte en departamentos o casas ¡qué pereza da pensar en alojarse en hoteles!
Hoy es uno de esos días en que me encantaría estar en Niza y arrancar el día yendo a comprar algo a la boulangerie de la esquina 🙂
Así era más o menos mi rutina:
Luego de esos desayunos, ya estaba listo para salir recorrer la bella Niza y sus alrededores.
Y ustedes,
¿Disfrutan de hacer las compras para sus desayunos en lugares locales cuando están de viaje?
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absolutamente, si. Disfruto ir en búsqueda de un desayuno así. En los hoteles no encuentro sabor en las comidas.
Lo hice en Burdeos, que había una cadena de boulangeries por toda la ciudad. A pesar de ser una cadena, vendían un pain au chocolat exquisito. Ya media cuadra antes de llegar me enamoraba el olor a facturas recién hechas.
Y otro lugar donde disfrute hacerlo es Madrid, en la puerta del sol, en Pastelería La Mallorquina. Me compraba un cafe en Starbucks, pasaba por unas medialunas recién horneadas, y me sentaba por ahi en la puerta del sol a tomar mi desayuno mientras tomaba un poco de sol y disfrutaba la vista…
¡Me encanta La Mallorquina!
Ídolo!!!
yo hice lo mismo en Niza……………….tambien me aloje en un depto pero estaba re sucio ……………………………….
buuu
Uhh, qué lástima, a nosotros nos tocó uno impecable.