Inesperadamente, sufrí un par de desilusiones con la cafetería y la pastelería en Italia

Hay veces en que nos acostumbramos a ciertas verdades, por ejemplo «en Italia el café y la pastelería son excelentes«, algo que he podido comprobar en varias ocasiones en Roma, Firenze, Venezia, Palermo, Taormina, Cagliari y tantas otras ciudades italianas.

Pero no, no son verdades absolutas. En un reciente viaje (un maravilloso viaje) por la región de Puglia, el taco de la bota, sufrí inesperadamente dos decepciones a la hora de pretender disfrutar de un buen café y una buena pastelería.

Decepción en Alberobello

Antes de lanzarnos de lleno a visitar la zona de los trulli de Alberobello (sitio patrimonio de la humanidad inscripto en UNESCO), pensamos en disfrutar de un buen café acompañado de unos pasticciotti, un clásico de la pastelería pugliese.

Pedimos café espresso macchiato y café al ginseng. Al probar el café nos sorprendimos, era apenas satisfactorio, digamos que aprobó arañando. Estaba muy lejos de esos cafés italianos que nos arrancan espontáneas exclamaciones y gestos de aprobación.

Igual suerte corrieron los pasticciotti, preparaciones de pastelería que acompañaron sin pena ni gloria a los deslucidos cafés.

Debo decir que el lugar parecía estar atendido por personas sin demasiado interés u orgullo por los productos y servicios que estaban ofreciendo.

Mala nota para esta cafetería, pasticceria y gelateria ubicada al inicio de la zona de trullis.

Decepción en Bari Vecchia

Otro día visitamos el centro histórico de la ciudad Bari, Bari Vecchia, y nos detuvimos a tomar un café al lado de la basilica cattedrale metropolitana di San Sabino.

Estábamos buscando revancha, queríamos dejar atrás el recuerdo de los malos cafés y pasticciotti de Alberobello.

Vimos un café sencillo, la verdad que no parecía nada especial, pero pensamos «no hay que juzgar un libro por su portada» y nos sentamos en una mesita exterior.

Pedimos dos caffè macchiato, un cornetto y otra pieza de pastelería. Ay, ay, ay, el café era apenas medio punto más que el de Alberobello y las piezas de pastelería estaban todavía varios puntos por debajo.

Además, cuando quise pagar con tarjeta, me pidieron hacerlo en el interior del bar, y, una vez ahí, la persona que cobraba me dijo, con cara de pocos amigos, que debía pagar en efectivo.

Conclusiones

Por mi experiencia, seguiré teniendo como verdad esa que puse al inicio del post: «en Italia el café y la pastelería son excelentes«. Pero estas dos excepciones vienen bien para recordar que todas las generalizaciones son malas 🙂

Me despido con esta lista de lugares en los que sí disfrutamos de café y pastelería de calidad en la maravillosa Roma:

Lugares para tomar café y degustar pastelería en Roma, Italia

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