Casi compro una alfombra gigante en un país lejano (otra vez)

Hace varios años, yo andaba visitando el sitio arqueológico de Teotihuacán, cerca de la ciudad de México. Es el de las famosas pirámides del Sol y de la Luna, un lugar fascinante por donde se lo mire.

En el sitio hay muchos, pero muchos, vendedores de artesanías y recuerdos de todo tipo. En ese momento, todo me parecía realmente barato; además, ellos hacen bien su trabajo y te dejan regatear y quedarte con la idea de que ganaste la negociación. Así fue que terminé comprando unas estatuillas de piedra, unos llaveros y una alfombra / tapiz / cubrecama gigante.

Hoy lo pienso y no sé cómo me dejé convencer y compré eso. A ver, es hermosa, pero traerla fue todo un tema: ocupaba un montón de lugar y, la verdad, la tengo en casa sin lograr darle un uso específico. Alguna vez la usé de cubrecama en una cama extra grande, pero desde hace años la tengo ahí, sin darle un uso.

Años después, visitando la hermosa ciudad de Antalya en el sur de Turquía, entré en la seductora atmósfera de su antiquísimo centro amurallado y en la amabilidad de los vendedores turcos de alfombras. Entré en un negocio que tenía unas opciones bellísimas y, para hacerla corta, me fui de allí con tres alfombras. En mi defensa, cabe aclarar que estas fueron alfombras pequeñitas, nada que ver con la gigante que «me hicieron comprar» en México.

Hace unos días me encontraba yo en otro país lejano, en Egipto. Habíamos visitado el sitio arqueológico de Saqqara, cerca de El Cairo, y luego nos llevaron a visitar una escuela de confección de alfombras de oriente. De más está decir que ya sabía de antemano que, luego de mostrarnos la escuela, tendríamos que «enfrentarnos» a los intentos por vendernos algo de su producción…

La verdad es que la visita estuvo buenísima, vimos a los aprendices trabajar el algodón egipcio en telares, nos hicieron incluso participar y hacer algún que otro punto. Luego vimos otro tipo de telares, practicamos también. Realmente fue muy interesante.

Luego llegó el momento en que nos ofrecieron sentarnos en un lugar muy cómodo, nos ofrecieron bebidas y nos empezaron a mostrar los trabajos terminados, ¡eran hermosos! Además tenían motivos relacionados a visitas que habíamos realizado y nos habían fascinado. Estaban los jeroglíficos del interior de una pirámide, una estatua de Ramsés, pirámides, etc.

No sé bien cómo sucedió, pero me fui embalando y de repente me encontraba negociando el precio de un tapiz gigante con unas estrellas que acabábamos de ver en el interior de un sepulcro en Saqqara. Afortunadamente, mi esposa se fue al baño y me envió un WhatsApp que más o menos decía «No compres nada, es muy lindo pero no lo necesitamos, ¿dónde lo metemos?»

Ese WhatsApp me hizo entrar en razón, pero a esa altura ya me daba pena no comprar algo. Así que elegí un par de tapices pequeños con diseño de la flor de loto (muy presente en esas tierras), negocié el precio, terminé pagando la mitad del precio inicial y listo.

Ay, ay, ay, casi termino comprando otra vez una alfombra gigante en un país lejano que luego tengo que transportar a mi casa y ver qué hago con ella.

Y ustedes, ¿suelen caer y comprar cosas que no necesitan y luego no terminan utilizando?

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8 Respuestas

  1. Alvaro dice:

    Me extraña araña, los gustos hay que dárselos en vida y si eso significa tener que compra una «valija extra» para despachar la alfombra como equipaje cual es el problema, seguro te va a salir menos que te va a cobrar el psicólogo por la frustración de no haberla animado nuevamente a cómpratela. Y si te paran porque salto en el análisis anticipado de equipajes de la aduana que estas trayendo una valija de mas te les plantas y les gritas a los cuatro vientos «Soy adicto a la alfombras ¿Y que? Aca tengo el diagnostico medico que lo confirma ?

  2. Dante dice:

    Estos paises de Oriente Medio ya tienen re aceitada la trampa para turistas, en Turquía es igual… Ni loco compro una alfombra. A cada lado que te llevan después te dejan 3 horas ahí para que compres y a lo interesante te llevan 10 minutos y te dan un momento para las fotos… Ya directamente cuando me llevan a uno de estos lugares ni entro, prefiero quedarme en el micro o fumando un puchito afura. No soy ganado.

    • jlcota dice:

      La verdad , Dante, tanto la experiencia en Antalya (Turquía) cómo esta de Egipto no fueron como relatás. En Turquía ingresamos al comercio voluntariamente, nadie nos llamó en la calle ni nos llevó en una excursión ni nada parecido; en Egipto lo fuerte fue conocer el trabajo de la escuela, respecto del momento de la venta nos fuimos cuando quisimos, no estábamos en un grupo, sino acompañados noostros solos por un servicio privado.

      Pero sí, lo que vos describís sucede.

      • Dante dice:

        Quizás hayas ido voluntariamente, pero la de invitarte el tecito y desplegarte todas las alfombras, esa me la contaron, yo estaba.

  3. Viajera dice:

    Jajajjaaaaaa me hace acordar a Marruecos.
    Bien ahí tu mujer!!!
    Como arquitecta te puedo decir que esas alfombras ya NO se usan ???
    Asi que mejor no conviertas tu casa en un museo y te gastas en otra cosa. ??

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