Extrañábamos Tailandia, así que nos preparamos un Pad Thai

Recuerdo muy bien la primera vez que visité Tailandia. Llegué a su capital Bangkok, me alojé en lindo hotel de cuatro estrellas, contraté el servicio con desayuno incluido.

Fue en ese desayuno, me acuerdo como si fuera hoy, cuando comenzó mi historia de amor con el Pad Thai. Bah, yo lo amo, no sé si él se habrá enterado.

El Pad Thai es el plato tailandés por excelencia, como lo anunciaban en el desayuno buffet de este refinado hotel.

Allí cuentan que fue inventado por un cocinero chino-tailandés en 1930, que se elabora con fideos de arroz y tofu salteados, cebolla, brotes de soja, ajo, pimienta, salsa de pescado y jugo de tamarindo.

Déjenme decirles que viajando por Tailandia conocí montones de variantes de esta fantástica comida tailandesa: con gambas, con pollo, con cerdo, con una lima acompañando para casi obligatoriamente rociar la preparación antes de disfrutarla…

Lo probé en hoteles, restaurantes, chiringuitos en la playa, puestos callejeros y nunca, pero nunca, me decepcionó.

Hace tiempo alguien de la familia, la mejor cocinera, sabiendo de mi debilidad por el Pad Thai, me compró una fideos de arroz tailandeses.

Lo que disparó que un día saliera a buscar el resto de los ingredientes de la receta que decidí seguir, sepan desde ya que hay muchas diferentes. Conseguí una pasta de tamarindo, pero no pude conseguir la típica salsa de pescado tailandesa, así que luego de leer sobre las alternativas compré una salsa de otras china. El resto fue más sencillo: pollo, cebolla, ajo, zanahoria, ciboulette, huevos, azúcar mascabo, maní y unas lindas limas.

Vinieron unos amigos a comer y acompañaron el proceso de preparación, hubo un leve momento de incertidumbre sobre el final al agregar el huevo y esperar que tome la consistencia como para mezclarse con la preparación. Pero, a manos de la experta cocinera de la familia, el primer Pad Thai preparado en casa fue todo un éxito.

Nuestros amigos comieron dos platos cada uno, yo me comí un plato enorme y sobró; obvio que mis dos siguientes comidas fueron Pad Thai 🙂

¡Estaba tan rico! Era un plato tan inusual en nuestra mesa y la charla estaba tan animada que olvidamos tomarle fotos, pero, créanme, salió rico y quedó muy lindo a la vista también.

No sé si hacer Pad Thai fue tan buena idea, ¡ahora tengo más ganas de volver a Tailandia que antes!

Y ustedes, ¿suelen cocinar platos que les recuerdan a sus viajes?

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